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jueves, 19 de mayo de 2016

Ruido y Contaminación Acústica:

¿Qué es el Ruido?
Se suele llamar ruido a todo sonido desagradable o no deseado para quien lo escucha, aunque esto siempre dependerá de la sensibilidad de cada persona. Sin embargo a partir de un cierto volumen todas las personas se sienten molestas moletas.
La contaminación acústica presenta unas características concretas que lo diferencian de otros contaminantes:
  • Es el contaminante más barato de producir y necesita muy poca energía para ser emitido.
  • Es complejo de medir y cuantificar.
  • No deja residuos, no tiene un efecto acumulativo en el medio, pero si puede tener un efecto acumulativo en sus efectos en el hombre.
  • Tiene un radio de acción mucho menor que otros contaminantes, es decir, se localiza en espacios muy concretos.
  • No se traslada a través de los sistemas naturales, como el aire contaminado movido por el viento, por ejemplo.
  • Se percibe sólo por un sentido: el oído, lo cual hace subestimar su efecto. Esto no sucede con el agua, por ejemplo, donde la contaminación se puede percibir por su aspecto, olor y sabor.
Actualmente la contaminación acústica es una de las mayores preocupaciones en las áreas urbanas. De hecho, ha crecido desproporcionadamente en las últimas décadas y sólo en España se calcula que al menos 9 millones de personas soportan niveles medios de 65 decibelios, el límite aceptado por la OMS.
En el caso de Canarias, podemos afirmar que es junto con Andalucía, la Comunidad Valenciana y Baleares, una de las comunidades más ruidosas de España.
Aunque no seamos consientes de esto cada día estamos sometidos muchos ruidos. Por Ejemplo: Los que se despierta con el teléfono móvil eso ya es ruido, la música muy alta en los coches, el pitido de los semáforos, una obra, el claxon de los atascos, y podría seguir con muchas más.
Consecuencias
Algunas reacciones fisiológicas y psicológicas que surgen como consecuencia de sonidos excesivamente altos tienen su origen en el deseo natural de autoprotección. Los animales silvestres reaccionan a sonidos con un estado de alarma, por lo que están más atentos a posibles riesgos. Se despiertan, se esconden o se enfrentan a la causa del ruido y el cuerpo reacciona inmediatamente con la secreción de adrenalina.
El hombre no es una excepción, por tanto el ruido provoca en él de forma instintiva las mismas reacciones aunque con frecuencias moduladas o inhibidas por la voluntad, lo que incrementa el nivel de estrés.
Así podemos observar consecuencias psicológicas, físicas, sociales y económicas: 
- Malestar y estrés.
- Trastornos del sueño.
- Pérdida de atención.
- Dificultad de comunicación.
- Pérdida de oído.
- Afecciones cardiovasculares.
- Retraso escolar.
- Conductas agresivas.
- Dificultad de convivencia.
- Costes sanitarios.
- Baja productividad.
- Accidentes laborales.
- Pérdida de valor de los inmuebles.
- Ciudades inhóspitas.
- Retraso económico y social.


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